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Para muchos el simple hecho de pensar en cocinar en familia significa estrés y descontrol; pero para mí la cocina es el corazón del hogar, en ella se prepara la comida que nos da energía y nos mantiene unidos. Mi hijo, quien hace poco cumplió 5 años ha estado expuesto a lo que pasa en el corazón de mi casa desde muy temprana edad; recuerdo estar cocinando y tenerlo en una silla para bebé para controlarlo mejor.

Aunque la memoria me puede estar jugando un truco, me parece que la primera vez que lo expuse a preparar alimentos él tenía un año medio más o menos y solía ayudarme los domingos en la mañana a preparar las panquecas para el desayuno, también hacíamos tortas o galletas y una vez hasta rompió un cartón de huevos porque él quería cocinar. ¡Mi cocina era un desastre!.

Con el tiempo fui aprendiendo a involucrarlo en ese quehacer de la casa que tantos temen y que no parece ser compatible con niños, así que aquí te traigo unos consejos que te pueden servir a lograr cocinar en familia.

Comienza por el principio

Preparar alimentos empieza realmente en el supermercado, así que la mejor manera de lograr cocinar en familia, es involucrando a sus integrantes en la selección del menú semanal, a ir de comprar y por supuesto a guardar las cosas una vez llegamos a la casa.

Piensa más allá de la olla

Preparar el desayuno, almuerzo o cena puede ser algo tan sencillo como sacar de la nevera jamón y queso y ponerlos entre medio de dos rodajas de pan, añadir frutas y yogurt como acompañantes y sentarse a comer. Aunque parezca algo sumamente básico, incluir a tus peques les puedes dar una gran lección de vida de independencia. Cocinar no significa siempre tener que involucrar el fuego o la estufa y pasar largas horas vigilando ollas.

Organiza tus ingredientes

A la hora de llamar a los niños a la cocina, te sugiero tengas todos los ingredientes a la mano, y si es posible medidos y cortados. También llevar a cabo la preparación en un lugar cercano al lavaplatos para poder lavarse las manos en cualquier momento y así dedicarle tu atención total a los pequeños de la casa.

Trabajo en equipo

Tengo la suerte de tener un esposo que no le teme a la cocina, así que en ocasiones él cocina, yo lavo los platos y el niño nos ayuda a poner la mesa. Otros días él se encarga del plato principal y yo de la ensalada y así repartimos el trabajo.

Hazlo divertido

No pienses que los niños van a acompañarte de principio a fin, así que dejar el trabajo de amasar, revolver o hasta romper los huevos para ellos hará de la actividad una experiencia placentera. En casa por ejemplo a mi hijo le fascina hacer albóndigas ya que puede meter las manos en la carne y ‘jugar’ para que se mezclen todos los ingredientes, también le gusta revolver y hornear, así que solo debes encontrar lo que le gusta a tus chicos.

A través de los años me he dado cuenta que involucrar a mi hijo en la cocina ha traído grandes beneficios. Es mucho más independiente, abierto a probar nuevos sabores y le estoy dando las herramientas necesarias para que cuando sea grande no se incline por comidas congeladas o chatarra.

¿Involucras a tus hijos en la preparación de alimentos?


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