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Mis sueños desde que mis hijos estaban en de cuna fue que ellos tuvieran la oportunidad de, a través de la educación, descubrir sus talentos para ser de servicio a la humanidad.

Así fue, ahora ellos son hombres de negocios que contribuyen a la sociedad con empleos y servicios para ayudar a crecer la economía. Además son esposos y buenos padres para sus hijos. Hacen trabajo voluntario en las escuelas de su niños y en su iglesia. Mi sueño se realizó y el de ellos también.

Esto es lo mismo que las madres de hoy jóvenes sueñan para sus hijos. Nuestros niños y jóvenes están llenos de sueños.  En mi trabajo comunitario, platico con madres y sus hijos y les pregunto que sueños quieren hacer realidad y tanto las madres como los hijos sueñan con una profesión para ayudar a su familia y a otras personas de su comunidad.  Estos niños y jóvenes que llegaron al país de las oportunidades con sus padres, sin saber que les llamarían “ilegales”.

Nuestras leyes en ciertas ocasiones son contradictorias. La ley dicta que estos niños asistan a la escuela primaria y secundaria sin importar su estado migratorio. Invertimos millones de dólares en su educación básica. Al graduarse de la secundaria les cerramos las puertas y los amenazamos con deportación del país que ellos conocen y aman como el suyo.

Estos jóvenes tienen sueños de ser los científicos para el futuro, que ellos descubrirán la prevención y la curación de las enfermedades mortales, que ellos consigan que mas bebés sobrevivan su infancia. Otros sueñan en descubrir avances en la agricultura y ganadería que nos darán alimentos más sanos y en abundancia para alimentar el mundo. Tendremos ingenieros de toda clase, maestros, y todos los oficios que necesitamos en una población que cada día crece. Además estos jóvenes de diferentes culturas e idiomas serán nuestros mejores aliados en nuestra economía global, donde las naciones apenas estamos comprendiendo que no podemos estar aislados unos de otros, que somos una familia global.

Hay voces ensordecedoras ( im not certain about this word) allí afuera, llenas de odio y temor. No debemos permitir  hacernos sordos y ciegos por  temor y destruir los sueños que están en espera de hacerse realidad para nuestra juventúd. Que se abran las puertas de nuestras universidades y todas las instituciónes educativas, dejemos que nuestros recursos financieros se derramen para que las semillas de aprendizaje crezcan y produjan una gran cosecha de adultos capacitados a ser los líderes del siglo veintiuno.

Unemos y llevemos este mensaje al Congreso.  Los Congresistas deben ver la gran riqueza que estos jóvenes significan para la sociedad de este gran país al que amamos: ¡Los Estados Unidos de Norte America!


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