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Primero, sólo déjenme indicar que no estoy abogando por mentirles a los niños. No estoy proponiendo que las mamás y los papás inventen mentiras tontas y digan cuentos sólo para hacer que los niños coman más saludablemente. De ninguna manera estoy diciendo eso. Mentirle a sus hijos es incorrecto. Y ellos nos descubren. A mí me descubrieron.

Porque mi entonces hijo de cuatro años, Jeremy, tenía una inclinación por los dulces, y me cansé de pelear con él sobre por qué no era bueno que él comiera tanta azúcar, y que tengo antecedentes familiares con diabetes, y que sus dientes se pudrirían, pero, quiero decir, estaba preocupada por su salud, ¿y qué más debía hacer? Entonces.

Le dije que era ilegal que los niños compraran un cereal con una caricatura impresa en la caja a menos que fuera su cumpleaños.

Porque los cereales “de caricaturas” están empacados para atraer a los niños, y en la caja de 99.9% de los cereales “de caricaturas” existen pequeñas bombas de azúcar a punto de explotar. Y Jeremy me agobió para comprarlos en cada viaje al supermercado. Pero tal y como cualquier buen niño de cuatro años que ama y confía en su Mamá, él me creyó y cambió preguntándome entonces cuántos días faltaban para su cumpleaños cuando atravesábamos el pasillo de los cereales.

La vida era buena. Hasta el día que fue de compras con la Tía Dee Dee y su hijo de tres años arrojó una caja de Fruit Loops en el carrito y Jeremy, condescendientemente, siendo el primo mayor y sabio, lo pescó y lo colocó nuevamente en la repisa diciendo, “Alex, no es tu cumpleaños”.

Su confundida tía Dee Dee lo colocó nuevamente en el carrito diciendo con toda su inocencia, “Está bien. No tiene que ser su cumpleaños,” condenándome para siempre como la Mamá Más Mentirosa del Año.

Pero mi punto es, y sí tengo uno, que no es correcto mentirles a los niños porque ellos lo van a recordar el día de su graduación de la universidad y le dirán esta historia a las personas que no tienen por qué conocer su lado oscuro. Ah. Y la otra cosa. Aún tiene que lograr que coman saludablemente. Si usted es un padre que ha intentado lograr que sus hijos coman lo que deberían, no me va a juzgar con las leyes federales imaginarias sobre el Capitán Crunch y el Conde Chocula.

Porque ahora tenemos una verdadera ayuda federal para hacer que nuestros niños coman saludablemente. El Departamento de Agricultura de EEUU que supervisa el Programa de Almuerzo Escolar y la legislación de Niños Saludables, Sin Hambre del 2010 están asegurando que nuestros niños tengan alternativas más saludables en la escuela con más frutas frescas y vegetales, más alimentos de granos enteros y leche descremada. Están asegurando que los niños tengan porciones para niños – en un mundo que exagera los tamaños de todas las cosas baratas, grasosas y azucaradas, como las papas fritas y las gaseosas.

Esto significa que aproximadamente 32 millones de niños que reciben el almuerzo escolar obtienen algo significativamente más saludable. La obesidad infantil se encuentra en ascenso. En los últimos cuarenta años, hemos cuadruplicado el número de niños obesos, y triplicado el número de adolescentes obesos, y no es difícil conectar el incremento de la obesidad en adultos con lo que está ocurriendo con los niños. Tampoco es difícil saber por qué. Como nación, salimos a comer comida rápida más seguido. La comida rápida muy probablemente tiene comidas grasosas y azucaradas. Comemos más comidas pre-empacadas y rápidas en casa. Tenemos que mejorar en cada una de las mesas donde los niños se sientan a comer. Y para apoyar el hogar, vamos a mejorar en la escuela.

El personal de las cocinas de las escuelas está dispuesto. Mi primer empleo en una escuela fue el de la señora del almuerzo. Servía los guisantes y el puré de papas en las bandejas y bromeaba con los niños diciéndoles que beber toda su leche los convertiría en Batman o la Mujer Maravilla.

Nuestros trabajadores de los almuerzos escolares están recibiendo entrenamiento sobre las nuevas directrices de nutrición, porciones saludables para los estudiantes, y cómo animarlos a escoger saludablemente. Los maestros de aulas están hablando sobre las opciones de alimentos saludables en nuestras clases de salud y ciencias. Los maestros de Educación Física están incluyendo opciones de alimentos saludables en sus programas de ejercicios y control de peso.

Las enfermeras escolares están trabajando junto con el personal instructor para ayudar a conectar lo que falta, entre las opciones saludables y sentirse bien a través de un estilo de vida saludable. Los grupos de padres están trabajando con las escuelas para enviar la información a mamás y papás sobre tomar el tiempo importante para planificar comidas que no van a pesarle a sus hijos (literalmente).

Nos tomó años desarrollarnos como una cultura que se sienta demasiado y come demasiadas cosas inapropiadas. Va a tomar un poco de tiempo desarrollar hábitos más saludables para nuestros niños. Pero comenzaremos con las escuelas liderando el camino.

Como dijo la Señora Obama durante su visita a un programa escolar, “Cualquiera que trabaje con niños sabe que ellos necesitan más que papas fritas y gaseosas en sus estómagos si van a enfocarse en Matemáticas y Ciencias. No podemos esperar que los niños estén quietos y concentrados, cuando están embriagados de azúcar o cuando están rellenos con comidas saladas y grasientas... o cuando están hambrientos.”

Mamás y papás y maestros y el personal del almuerzo en las escuelas continuarán siendo creativos en cuanto se refiere a colocar comidas saludables frente a sus adorados.

Nosotros somos los adultos, y es nuestra responsabilidad colocar algo saludable frente a ellos en la mesa o ellos van a tener una vida de problemas con su peso, diabetes, problemas cardiovasculares y lo que usted sabe.

No tenemos que mentirles. La verdad nos liberará.

La verdad es, que ésta es nuestra tarea. Todos los días.


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